En su afán de detener trabajadores indocumentados, la Agencia de Inmigración de Estados Unidos  ha realizado un centenar de operativos en las populares tiendas de abarrotes 7-eleven del país, con el fin de cumplir los mandatos de la Casa Blanca de sacar del país a los que no tengan documentos en regla.

En una semana, fueron arrestados 21 trabajadores que laboraban normalmente en dichas tiendas de abarrotes, después de un oleaje de redadas que se extendieron en 17 estados de la Unión Americana, desde California hasta Florida. En realidad el número de detenidos está muy lejos de ser significativo, pero es un llamado de alerta para todos los dueños de tiendas que contratan mano de obra indocumentada, y es una nueva amenaza para los trabajadores sin papeles.

La semana pasada, también, la Casa Blanca anunció el fin del plazo permisivo para la estancia de  200 mil trabajadores salvadoreños que se encuentran en Estados Unidos refugiados después del sismo de 1991, y que tenían visas de trabajo para laborar en suelo norteamericano hasta 2021.

El sueño americano se está cayendo a pedazos. ¿Quién pierde con esto? Todos. Los trabajadores indocumentados, los patrones que los contratan, los que quieren quedarse pese a todo, las familias que se desintegran y los que permanecen en prisión mientras son echados del país

La tierra de la gran promesa se está convirtiendo, día tras día, en el suelo del mayor fracaso.