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Defectos en la obra pública

En México es una costumbre.  La línea 12 del Metro, joya de la corona de la anterior administración de la capital, fue inaugurada con júbilo antes de la partida del jefe de gobierno, y después su funcionamiento tuvo que esperar varios meses porque estaba mal construida. El nuevo edificio del Senado, orgullo de la transición a la democracia, tardó también meses en inaugurarse, y cuando lo hizo empezaron las goteras en diferentes puntos. La llamada vía exprés de la carretera México Acapulco terminó en un socavón que costo dos vidas. Y ahora el paso a desnivel en el cruce de Río Mixcoac e Insurgentes, a los tres días de su inauguración, sufrió una inundación de 50 centímetros de agua, y tuvo que cerrarse.

En todos los casos, y en muchos otros -puentes construidos a la mitad, hospitales inaugurados sin equipo, escuelas inexistentes detrás de las fachadas, instalaciones deportivas abandonadas- aparece un maridaje entre la corrupción, la ineptitud, la irresponsabilidad y la pose. El guión de la historia siempre es el mismo. La obra se inaugura con caras sonrientes, abrazos entre partidos rivales, brindis y felicitaciones sin discreción. Luego, al poco tiempo de inaugurada la obra, se detecta que tiene defectos, que no sirve, que fue un gasto innecesario. Entonces sobreviene un torneo de exoneraciones y reproches entre todos los actores involucrados. No fue mi culpa. Yo lo advertí desde el principio. La ley dice que no me corresponde. La siguiente ventanilla es la responsable. Fueron los de la bancada del otro partido. El tema es federal, no estatal. Los municipios no tienen dinero, ni intervienen en esto. Es la mafia del poder.

En el caso de la inundación del paso a desnivel recién inaugurado, en el cruce de Río Mixcoac y la Avenida Insurgentes, las autoridades actuaron con prontitud en señalar responsables y sancionarlos.

En un boletín de emergencia dijeron: «El Gobierno de la Ciudad de México emitirá sanciones económicas a la empresa constructora de la obra, Operadora y Mantenedora del Circuito Interior OMCI, S.A de C.V. por un monto de 3 millones de pesos.  El túnel inferior registró una inundación por falta de limpieza en el sistema de drenaje, mismo que la constructora OMCI S.A. de C.V. y la empresa de supervisión Exordium tenían la obligación de revisar antes de dar por entregado el proyecto”.

Eso suena muy bien, pero… no.

En primer lugar, el chivo de la expiación de culpas resultó ser un subdirector, y no la cabeza del sector. Nuevamente, los responsables son los de abajo en el organigrama de los funcionarios. En segundo lugar, la multa para la empresa es ridícula. La sanción es de 3 millones para una obra que costó 6 mil 500 millones de pesos. Y en tercer lugar, la empresa llamada Exordium no existe.

Sobran los comentarios adicionales.

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