En México, el número de motocicletas en las calles va creciendo más aprisa que el de los automóviles.

Durante 2022, se vendieron un millón 250 mil motos, mientras que las ventas de vehículos llegaron a un millón 86 mil unidades, según las asociaciones mexicanas de Fabricantes e Importadores de Motocicletas (AMFIM) y las de Distribuidores de Automotores (AMDA).

Hace poco menos que un lustro, la pandemia impulsó la comercialización de las motos, cuyas unidades representaban menos cantidades que los autos. En 2019 se colocaron 870 mil motocicletas en calles y avenidas, mientras ese mismo año se vendieron un millón 317 mil vehículos.

A partir de la emergencia sanitaria, las personas prefirieron utilizar el transporte individual antes que viajar en el transporte público, ya sea por cuestiones de salud y para aumentar la rapidez y la eficacia de sus entregas. Las motos se usaron no solo como un vehículo de transporte, sino también como una herramienta de trabajo para hacer envíos y obtener ingresos.

Las motos más sencillas, que son las de menor tamaño, representan el 80 por ciento de la comercialización nacional.

Pocos trabajadores se pusieron a pensar que las motos son también más peligrosas.