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Gambia y México

Transparencia Internacional es la organización que mide la percepción de la corrupción en el mundo. Cabe decir que, a su juicio, los países menos corruptos de la Tierra son Dinamarca, Nueva Zelanda, Suecia y Singapur, y los más corruptos son Afganistán, Corea del Norte y Somalía. Y esas percepciones cuentan, porque son las visiones que tienen sus habitantes sobre el comportamiento de sus gobernantes, sus empresarios y sus ciudadanos en general.

En la lista de los países clasificados, un detalle que homologa a Gambia y a México es que ambas naciones acaban de cambiar de gobierno, y sus nuevos gobiernos tienen a la lucha contra la corrupción en el centro de sus políticas. Y tal vez sea esa la única semejanza. Pero si comparamos a ambos países en los niveles de percepción de la gente sobre la corrupción, resulta que México no sale bien librado. De un total de 180 países, México ocupa el nada honroso lugar 138. Gambia, por su parte, ascendió recientemente 7 puntos en la escala y se encuentra ya en el 78.

Gambia es una nación construida a lo largo de un río. El río Gambia, precisamente. Es un país que representa un enclave en el territorio de Senegal. La longitud del país, al igual que la del río, son apenas 300 kilómetros. Y su anchura oscila entre los 25 y los 50 kilómetros, de acuerdo a los meandros del río. Su población es de 1.7 millones de personas, lo cual la convierte en un país densamente poblado. Es de mayoría negra, como el resto de las naciones africanas, y su territorio fue una de las canteras para la esclavitud cuyos destinos eran Estados Unidos y Brasil.

Después de lograr la independencia del imperio británico, Gambia sufrió una dictadura feroz de 1996 a 2017 bajo la bota de un déspota llamado Yahya Jammeh, que ocupó la silla presidencial como si fuera un botín para él y sus allegados. A principios de 2017, un proceso electoral sacó al dictador de su oneroso cargo, y de manera inmediata las cosas empezaron a cambiar. Los medios de comunicación recuperaron su libertad. Un renovado poder judicial puso a la lucha contra la corrupción como su principal divisa. Los caudales de noticias falsas que inundaban Internet llegaron a su fin. Los cuerpos de seguridad tienen como consigna, ahora, la defensa de los derechos humanos. El nuevo gobierno está buscando la forma de recuperar los recursos que el dictador Jammeh se llevó a su lujoso exilio en Guinea Ecuatorial.

Lo que mide Transparencia Internacional son percepciones, pero las percepciones cuentan. Gambia ha ganado notoriamente en términos de transparencia con los dos años de su nuevo gobierno. México tal vez ya tocó fondo sobre lo que contempla la población, y puede empezar a recuperarse con sus tres primeros meses de lucha contra la corrupción.

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