Un paseo posible por la Secretaría de Educación Pública es el del hermoso edificio en el que tiene su sede. Fue inaugurado en 1922 en la calle de Argentina en el centro histórico de la ciudad por José Vasconcelos, quien concluyó su discurso de la siguiente manera “…que la luz de estos claros muros sea como la aurora de un México nuevo, de un México espléndido”.

Por invitación de Vasconcelos, Diego Rivera pintó tres niveles de murales en dos patios: el del Trabajo y el de las Fiestas. Creados entre 1923 y 1928, los murales de Rivera constituyen una alegoría de la revolución mexicana frente a los cuales se percibe la situación del país en sus distintas regiones; en su desarrollo agrícola e incipientemente industrial; en su pobreza y riqueza; así como en su esperanza y alegría.

Otro paseo posible es por la página de la secretaria en internet, y aquí se pone la cosa un poco menos gozosa porque se trata de un México nuevo pero difícilmente espléndido. Salvo la pleca superior, con fotografías del hermoso edificio al que se refería Vasconcelos, hay que zambullirse en un tedioso contenido que incluye en primera instancia un aviso: “Mitos sobre la Reforma Educativa. ¡Qué no te engañen!», debajo del cual viene una gran cantidad de fotos del actual secretario de educación en distintos eventos. A continuación las secciones: Ligas de interés, ¿Qué hacemos?, Estructura, Prensa, Acciones y Programas, Documentos y, finalmente, información de contacto.

Pasear por algún programa educativo no tiene nada de divertido. Datos, evaluaciones externas, gráficas, muchísimos porcentajes y absolutamente nada de los planes de estudio. Será porque, como dicen los maestros en las escuelas de los estados, “esos tardan muchísimo en bajar”.