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1985-2017

El sismo que cimbró al centro y sur de la República Mexicana fue un terremoto. 8.2 grados Richter implica una destructividad enorme. Hubo más de 30 muertos, reportados en la mañana. Ocurrieron en Oaxaca (26), Chiapas (7) y Tabasco (2). En muchas ciudades, sucedió lo mismo de siempre. Derrumbes de muros y casas, vehículos aplastados, grietas por todos lados.

Sin embargo, si comparamos lo sucedido en la capital en 1985 y lo que sucedió anoche, la comparación arroja datos abismalmente distintos. En 1985 el número de muertos -más allá de los datos oficiales- se calculó en cerca de 20 mil.  Más de 250 mil personas perdieron sus casas, y casi un millón tuvieron que abandonarlas. Se inició un éxodo del entonces llamado Distrito Federal hacia otras ciudades. Los escombros duraron años. Una tragedia colosal.

Pero siempre surgen los optimistas. Muchos analistas políticos señalaron el 19 de septiembre de 1985 como el nacimiento de la «sociedad civil». La mayoría de los capitalinos salió a ayudar a su prójimo. Se formaron brigadas de emergencia, los llamados topos se especializaron en rescatar sobrevivientes entre los escombros. Luego fueron llamados como brigada de rescate en otros países devastados por los temblores. También hubo milagros. Los bebés que sobrevivieron entre las ruinas de Hospital Juárez siguen vivos.

La capital se movió, sin duda. Los partidos de izquierda empezaron a gobernarla desde 1997. Las Delegaciones votaron por sus jefes. Se legalizó el aborto, el uso de la mariguana medicinal y los matrimonios entre personas del mismo sexo. Durante varios años, la capital fue un territorio libre de los enfrentamientos del narcotráfico.

Y tal vez, con el sismo de ayer, asistimos a un logro histórico: la ciudad resistió un terremoto de mayor intensidad que el de 1985. El de ayer fue de 8.2. El de 1985, devastador en todos los sentidos, fue de 8.1. Tal vez el tipo de temblor fue distinto. Los especialistas tendrán que explicarlo. Pero ahora, más que nunca, necesitamos motivos de orgullo. Y ya tenemos uno: la ciudad sigue en pie.

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