La contaminación sigue matando gente. En un estudio reciente, de la Asociación Americana por el Avance Científico, se presenta una estadística fúnebre: cada año, mueren 5 millones y medio de personas por la contaminación atmosférica. Y este fenómeno no se detendrá si no se toman medidas drásticas.
Las muertes se presentan en China y la India, los países más poblados del orbe. Mientras estas dos naciones sufren la mitad de las muertes al año, países como Brasil, Pakistán y Japón también contribuyen a los decesos. La contaminación se produce básicamente por los vehículos, las industrias y las plantas de energía, y en los países pobres por la quema de carbón y leña.
En China la situación es crítica, ya que anualmente mueren 1.6 millones de gentes. Las autoridades han prohibido la explotación de las minas de carbón durante los próximos tres años, y han tomado medidas para restringir la circulación de automóviles y el funcionamiento de ciertas industrias en los periodos de mayor contaminación. Pero son necesarias medidas más contundentes.
Los países más civilizados no se salvan del problema. En Europa hay 200 mil muertes al año por contaminación, y en Estados Unidos 80 mil.
Se trata, como se ha insistido infinidad de veces, de un problema global.