En España, donde los hallazgos de corrupción pública y privada han socavado la credibilidad del gobierno, una diseñadora de Valencia ha inventado un juego de mesa para que la ciudadanía se burle de los políticos y empresarios corruptos. El juego se llama Corruptópolis, y tiene la finalidad no solamente de entretener las tardes de las familias que han sido burladas por sus dirigentes, sino para que este momento gris de la vida española no se olvide nunca.
En el juego de mesa se forman equipos, y los participantes deciden qué personajes corruptos deciden ser. Los muñecos del juego son reconocibles: uno es Iñaki Urdangarin, el yerno del Rey, conocido por malversación de fondos públicos; otro es «El Bigotes», implicado en el soborno a los políticos del partido en el poder a cambio de adjudicaciones de algunas empresas, y otro es Luis Bárcenas, el tesorero del Partido Popular que se encuentra en prisión.
El juego se inician con una salida que dice: «¡A corromperse!», y los participantes pasan por casillas señaladas como «Malversación», «Fraude» y «Cohecho». Gana el jugador mejor informado sobre el universo de casos de corrupción que se pasea por el país. Las preguntas se echan a la suerte. Una de ellas, por ejemplo, dice: «De quién es la frase que dice: «Luis (refiriéndose a Luis Bárcena, el político encarcelado), lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré. Un abrazo.»? Respuesta: de Mariano Rajoy, presidente de España.