Para los actores de cine, teatro y televisión, ser y actuar son las dos partes más importantes de sus vidas. Todos los actores son, ante todo, ellos mismos. Ignacio López Tarso es, antes que nadie, Ignacio López Tarso. Anthony Hopkins es primeramente Anthony Hopkins. Tom Cruise es ante todo Tom Cruise. Pero también, durante sus respectivos trabajos, López Tarso se transformó en Macario; Anthony Hopkins fue el caníbal de la película Hannibal y Tom Cruise protagonizó al ambicioso hermano del autista representado por Dustin Hoffman en la taquillera película Rainman.
En ese ámbito de vidas cruzadas por la pantalla, han habido casos excepcionales en los que los actores deciden transfigurarse en sus personajes ficticios. Para lograr una actuación asombrosa y representar a la perfección al personaje de Abraham Lincoln, el actor Daniel Day-Lewis se transformó en el décimo sexto presidente de los Estados Unidos. Era increíble: se movía como Lincoln, hablaba como Lincoln, pensaba como Lincoln. Ya no era Daniel Day- Lewis. Era Abraham Lincoln.
Y ahora, para representar a Patrizia Reggiani en la película La casa de Gucci, una película de poder y crimen dirigida por el genio de Ridley Scott, la cantante Lady Gaga se ha metido en el cuero de Patrizia, quien contrató a un sicario para asesinar a su marido. La película cuenta con un elenco formidable -Jared Leto, Jeremy Irons, Salma Hayek y Al Pacino, entre muchos otros-, y ha despertado la ira de la familia en la vida real y de muchos involucrados. Total: nadie puede dejar de verla.