A nadie le gustan las malas noticias. Peor aún, las personas que las dan son señaladas como pesimistas, enemigos de la verdad o mensajeros del apocalipsis. Sin embargo, irse al extremo opuesto y salir a dar buenas noticias sin tener la certeza de lo que se dice se cumplirá es un riesgo que no conviene correr, sobre todo si se trata de la salud de los habitantes. Por eso el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus (en la fotografía) advirtió este lunes que es peligroso suponer que la variante Ómicron anunciaría el final de la fase más aguda del Covid-19, y exhortó a los países a mantenerse concentrados en vencer la pandemia.
Otras voces lo secundaron. «Es muy pronto para creer que Omicron es el fin de la pandemia», aseguró Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de la Casa Blanca.
Como es natural, todo el mundo anhela el din de la pandemia. Todo mundo sabe que en dos años de existencia ha matado a casi 6 millones de personas. Liberarse de ella permitiría a la humanidad respirar con tranquilidad.