Las redes sociales son famosas por la manera instantánea de trasmitir sus mensajes; sin embargo, en algunos casos, se está descubriendo que también son muy rápidas para producir la muerte.
En Estados Unidos se registró un récord de 108,000 muertes por drogas el año pasado, y una buena parte de ellas se produjeron por píldoras de contrabando adicionadas con fentanilo que están a la venta en Internet. El mercado de estas píldoras son los jóvenes y adolescentes que se sienten deprimidos, o que simplemente desean aumentar su fuerza.
El tema salió a la luz poco después de que un joven llamado Kade Webb, de 20 años, colapsara y falleciera en el baño de un supermercado Safeway en Roseville, California, en diciembre el año pasado. Ante el inminente nacimiento de su primer bebé, Webb, un joven conocido por sus habilidades con la patineta, se sentía decaído por sus escasas finanzas debido a la pandemia y compró Percocet, un opiáceo controlado para reducir los dolores, a través de un distribuidor en Snapchat. Pero la píldora estaba mezclada con una cantidad letal de fentanilo, y eso lo llevó a la muerte.
Falta mucho para que las autoridades investiguen y controlen las posibilidades de morir gracias a la publicidad que se maneja en Internet.
Mientras eso no suceda, los casos como el del joven patinador se pueden repetir con cada click.