La noche de muertos, en ciertas ocasiones, arroja decenas de cadáveres. Y las tragedias empiezan como diversión. Eso fue lo que sucedió en Seúl, la capital de Corea del Sur, cuando una multitud empujó a un grupo más pequeño en un callejón de la ciudad para celebrar el Halloween en la noche de fiesta. Por lo menos 146 personas fallecieron.
El barrio de Itaewon -donde sucedió el aplastamiento (en la fotografía)- es conocido por sus centros cosmopolitas y su vida nocturna, con restaurantes coreanos de barbacoa y bistrós exclusivos, así como una variedad de puestos de kebabs -carne de cordero- muy sencillos, que atienden a un público nocturno. Hay bares de cerveza informales y pubs no tan baratos junto a clubes de baile moderno donde se escuchan discos de hip hop.
Nadie esperaba que lo que se inició como fiesta terminara en tragedia.