Ensenada se ha convertido en la séptima ciudad con más homicidios en el país. Está después de Zamora, Michoacán, que cuenta con 196.6 homicidios por cada 100,000 habitantes. Le sigue Ciudad Obregón, Sonora, con 155.4; Zacatecas, Zacatecas con 107.4; Tijuana, BC, con 103.1, Celaya, Guanajuato, con 100.9; Ciudad Juárez, Chihuahua con 95.7, y Ensenada, Baja California, con 76.9.
La historia reciente de la ciudad está llena de sangre. En días recientes, mientras los sicarios del clan Arzate García se alistaban para asesinar a Alonso Arámbula Piña, El Trébol -integrante del Cártel de Tijuana-, la Secretaría de Marina emitió un comunicado que evidenció la penetración del crimen organizado en Ensenada, convirtiéndola en el epicentro de la más reciente masacre en el país.
Era un mensaje escueto fechado el 19 de mayo que llegó por la tarde a los chats de los reporteros de la fuente militar. Las Fuerzas Armadas en México presumían una victoria pírrica: la Segunda Región Naval había interceptado tres contenedores con 39 mil 820 kilos de cocaína que llegaron por mar hasta el puerto de Ensenada. Tres contenedores entre miles que todos los días llegan a ese enorme muelle.
El último párrafo era una declaración de optimismo que no duraría ni 24 horas: «Estas acciones son parte de las operaciones de vigilancia marítima, aérea y terrestre que efectúa la Armada de México para inhibir la acción delincuencial».
Pero en la tarde siguiente, los pistoleros de los hermanos Alonso y René Arzate García —ligados al Cártel Jalisco— llegaron a las costas de San Vicente para interrumpir a balazos el «Cachanillazo», una carrera de vehículos tipo razer de ambiente familiar.
En minutos, asesinaron al Trébol, jefe de plaza del cártel que desde la década de los 80 está establecido en el estado, junto a 10 personas.
La masacre demostró a los pobladores que el valor de la vida se devalúa rápidamente en su ciudad, donde los policías municipales pueden quedarse con las armas enfundadas mientras varios hombres embozados queman entre 200 y 300 casquillos para sumar una nueva masacre al tablero de las atrocidades.
Reporteros locales silenciados por el crimen organizado y vecinos coincidieron en que el pico de la actual violencia se inició hace cinco años, y que está relacionado con la llegada de los representantes de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, quien dio la instrucción de arrebatar el puerto de la ciudad al Cártel de Sinaloa y a células rebeldes del Cártel de Tijuana. Toda una batalla en tres bandas.
Urge una actuación sincronizada de todas las fuerzas del Estado para recuperar Ensenada.
En la fotografía: Policía Municipal de Ensenada. Foro TV