El presidente de Yemen, Abed Rabbo Mansour Hadi, acaba de abandonar el país por mar. Salió del puerto de Adén en un barco clandestino, rodeado únicamente por sus colaboradores más cercanos. Con esto, el Estado de Yemen se queda decapitado hasta su regreso, que si ocurre será después de la reunión de los países árabes que tendrá lugar en Egipto el próximo fin de semana.
El presidente salió de Adén precipitadamente, debido en buena medida a que los rebeldes se encuentran ya en las inmediaciones del puerto y están a punto de tomarlo. Con esto se expresa la gravedad de la situación, donde el grupo denominado Hutíes ha tomado la mayor parte del territorio del país, con el apoyo oculto del gobierno de Irán y la oposición abierta del gobierno de Arabia Saudita.
Para cerrar el círculo vicioso de la violencia, el pasado 21 de marzo el Estado Islámico perpetró dos atentados suicidas en sendas mezquitas de la capital Sena -donde murieron 142 feligreses-, y Estados Unidos ordenó la evacuacion de sus militares y funcionarios ante la situación imperante.
Las Naciones Unidas están discutiendo la situación en Yemen, considerando que puede convertirse en otra guerra civil como en Siria.