El ejército mexicano es el encargado de resguardar los materiales del proceso electoral. También se encarga de resguardar las casillas electorales en los lugares donde existe riesgo de violencia y de conflictos. Por eso se encontraban soldados en las oficinas del Instituto Nacional Electoral en Juchitán, Tlacolula de Matamoros y Santa Lucía del Camino, y tuvieron que salir sin oponer resistencia ante las amenazas de los maestros de la CNTE.
Los de los rostros cubiertos obligaron a los soldados a abandonar las oficinas y dejar el material electoral, que quedó a merced de los maestros ocupantes.
El Registro Federal de Electores anunció que si no se reimprimen las 400 mil boletas que cayeron en poder de los maestros, ese número de electores no podrá votar.
¿Quién gana con esto? Nadie.
El país pierde.