«Que venga a Estados Unidos para ser juzgado por sus compatriotas». Esa fue la respuesta que dio la Casa Blanca a la solicitud de perdón de un buen número de norteamericanos buscaron para Edward Snowden, el hombre que difundió por el mundo el sistema de espionaje que llevan a cabo la Agencia Nacional de Seguridad y la CIA.
Como se sabe, Snowden hizo sus revelaciones al diario The Guardian y The Washington Post en 2013, y desde esa fecha se introdujo en Rusia para vivir en el anonimato. Sin embargo, en varias ocasiones ha declarado que no tiene nada que esconder, y que su único motivo para hacer sus revelaciones fue la defensa de la privacidad de los individuos.
Desde algún lugar de Rusia, el abogado de Snowden ha dicho que su defendido solo aspira a tener un juicio imparcial en Estados Unidos, cosa que se ve difícil. En el interior de su país, muchos lo consideran un héroe de la libertad de expresión. Por eso un número de 167,954 ciudadanos ha firmado una solicitud de perdón al Presidente Obama para que Snowden pueda regresar a su país como hombre libre. Lisa Monaco, la consejera presidencial sobre seguridad nacional y contraterrorismo, señaló recientemente que «Snowden debe volver a Estados Unidos y asumir plenamente las consecuencias de sus actos.»
De lo cual se colige que nada cambiará su situación.