Si hay una vida trágica entre las vidas de los escritores trágicos, ésa es la de Scott Fitzgerald. Su pluma majestuosa solo reflejaba las frustraciones y devaneos de su deambular por un mundo marcado por la guerra, los embelesos de la burguesía norteamericana y la locura. No fue ningún azar que su esposa terminara en un hospital siquiátrico por su esquizofrenia, ni que él acabara sus días a los 44 años, ahogado en el alcohol y la ruina.
Pero su obra sobrevivió a la desdicha y el olvido. O casi. El Gran Gatsby ha sido leído por millones de fanáticos de su literatura, ha sido llevado a la pantalla, pero ninguna gloria literaria pudo sacarlo en vida de su endeudamiento perpetuo. Y ahora, como corolario a sus contratiempos, saldrá a la luz una novela que fue rechazada por las editoriales de su tiempo. Se llama «Temperatura», y estará en línea dentro de tres meses. Su tema es autobiográfico. Se trata de un escritor atado al potro del alcohol, que vivía de hacer guiones para Hollywood. La trayectoria de esta nueva obra parece ser la misma de «Gracias por la luz», un texto que fue rescatado por The New Yorker en el año 2012, viarias décadas después de que la misma revista rechazara el mismo texto en 1936.