Somalia
Somalia es una desgracia como nación. Fruto del colonialismo inglés, francés e italiano, sintetiza las calamidades que se ciernen cuando los antiguos imperios deciden dejar de explotar a sus antiguas colonias y abandonarlas a la deriva. Víctima de las guerras civiles inagotables, de la insalubridad crónica y las altas tasas de nacimiento, ni siquiera se sabe cuál es la cifra real de su población. Lo que se sabe es que dentro del país hay más de un millón y medio de hambrientos, que se mueven en un éxodo permanente en busca de alimentos, y que el resto de los habitantes son pastores empobrecidos y pescadores sin recursos. Unos cuantos, también, ejercen la piratería en alta mar y los robos hormiga en tierra. Somalia está catalogado por las Naciones Unidas como el país con más hambre en el mundo.
Estados Unidos
La mayor potencia económica y militar en el mundo es también la que tiene a la población más obesa del orbe. Estados Unidos tiene una obesidad cuyas consecuencias en el campo de la salud son muy diversas, ya que incluyen diabetes, patologías cardiovasculares, problemas del hígado, trastornos degenerativos e inclusive algunos tipos de cáncer. El origen está en una alimentación basada en azúcares y grasas, refrescos y hamburguesas al por mayor. Además, el sedentarismo de la vida moderna y el poder de la publicidad. Pero el país más poderoso del mundo siempre encuentra pretextos para jactarse. En los últimos años, ha descubierto que el número de niños obesos entre los dos y los cinco años ha descendido un 43%, por primera vez en su historia. Aunque el porcentaje de la población adulta no ha sufrido variaciones, la reducción de los niños obesos ha sido motivo de reconocimiento presidencial.
Europa
Al hablar de dietas alimenticias, los países europeos siempre se llevan las palmas. Países como Francia e Italia son arquetípicos de platillos espléndidos reconocidos en los cinco continentes, pero también sus dietas tienen los más elevados niveles de calidad. En el mundo, los países que cuentan con suficientes alimentos para comer y tienen una dieta variada, nutritiva, saludable y a precios accesibles para su población son Holanda –en primer lugar-, y Francia y Suiza empatados en el segundo. Coincidentemente, en esos países se estimula el consumo de leche materna durante los primeros años de vida, las raciones de comida diaria son selectas y poco abundantes, y la educación física de los pequeños ocupa un lugar muy importante en los planes de estudios a nivel nacional.
China
El país más poblado del mundo tiene, a juicio de muchos estudiosos del tema, la comida más rica y variada del planeta. Contiene todos los elementos para una buena alimentación. Frutas, vegetales, cereales, semillas, carnes, lácteos y leguminosas. La variedad de los alimentos depende de las regiones del país, y se consume de acuerdo a las tradiciones. Hay comidas especiales para los nacimientos, las ceremonias religiosas, las bodas y los entierros. Como en todos los países de Oriente, en China se come mucho arroz, pescado y mariscos, pero también se consumen patos, gatos, insectos, ratones y serpientes. Mucha gente piensa que la comida china tiende a favorecer la obesidad, pero lo cierto es que prefiere el salteado de los alimentos a su fritura, y utiliza con moderación los aceites. En China la obesidad no es ningún problema.
Japón
El país del Sol Naciente ha sido, desde siempre, un celoso guardián de su autonomía. Montado en un archipiélago, Japón ha buscado con ahínco su propia soberanía, y sus alimentos han sido una parte sustancial de su nacionalidad. Sin embargo, los japoneses están abandonando paulatinamente la visión de que la soberanía alimentaria consiste en producir sus propios alimentos. En 1960, los japoneses tenían un 80% de autoabastecimiento; hoy, a medio siglo de distancia, el abastecimiento local solo llega al 40%. Japón sigue produciendo todo el arroz que consume su población, pero la soya ha caído al 6%; la carne de res se produce en un 43%, y las frutas han caído al 41%. Pero nada de eso les importa gran cosa. No es una población que consume alimentos que engordan, y la dieta promedio es muy nutritiva. El hecho de que los alimentos se produzcan en otros lugares, no tiene la menor importancia.
India
En India las cifras sobre alimentación son apabullantes. En 2010, un estudio arrojó que 230 millones de habitantes de India padecen hambre. Más de 60 millones de niños menores de 5 años están desnutridos, lo cual representa más del 40% de la desnutrición de ese sector en el mundo. Y el 30% de los recién nacidos tienen baja de peso por la mala alimentación de las madres. En ese contexto, los programas asistenciales se han consolidado como políticas públicas. Hace unos años el Senado aprobó un programa de 5 kilos de cereales gratuitos al mes para 800 millones de consumidores, además de la política de precios subsidiados. Lo que se busca es reducir drásticamente la desnutrición, que afecta al 22% del conjunto de la población. Porque en India, el combate a la desnutrición es un asunto de vida o muerte.