Nuevamente, los anarquistas bloquearon los accesos a Ciudad Universitaria. La detención de Jorge Emilio Esquivel Muñoz, alias «el Yorch» la noche del miércoles fue el motivo que hizo estallar una nueva revuelta. Un grupo de encapuchados cerró los accesos de Filosofía y Letras, y los estudiantes y automóviles en circulación tuvieron que pagar las consecuencias.
Los bloqueos, incendios a las terminales del Metrobús y amenazas a los estudiantes por parte de los grupos anarquistas que se han enquistado en el Auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras son ancestrales. Los supuestos anarquistas, amparados en el anonimato, han hecho de la violencia impune su forma de vida. Son grupos que no tienen nada que ver con los anarquistas rusos del siglo XIX. Son delincuentes comunes que son temidos por las autoridades.
El nuevo rector, Enrique Graue, ha dicho que la comunidad universitaria no tiene que soportarlos. Tal vez les esté llegando la hora de ser expulsados, como a los malos estudiantes.