En el día de la mujer, tal vez la única institución que ha cumplido con el esfuerzo por la paridad de género sea el Congreso de la Unión. En la actual legislatura, de los 500 diputados que la conforman existe la mayor cantidad de diputadas que ha tenido México en su historia: 186 diputadas.
En el resto de la República, la mujer sigue estando por debajo de las expectativas de paridad. En las comunidades indígenas la paridad está muy lejos de concretarse.
De acuerdo con datos de la Encuesta 2015, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las mexicanas de 12 años y más destinan, en promedio, 48.55 horas a la semana a realizar trabajo no remunerado, como atender a los menores de edad y ancianos, limpiar la casa o preparar alimentos para la familia, mientras que los hombres sólo destinan 19.57 horas semanales a este tipo de actividades. El trabajo no remunerado de las mujeres en el país asciende a 3.1 billones de pesos a precios corrientes en 2014, cifra que equivale a 18% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, señala el instituto.
De acuerdo a la misma encuesta, en promedio, a la semana, las mexicanas invierten poco más de 12 horas en preparar y servir alimentos para la familia; los hombres, seis horas y media. A limpiar, lavar o planchar ropa, ellas dedican 11 horas a la semana, y ellos sólo cinco horas con 30 minutos.
Lo más alarmante, sin duda, es la desigualdad laboral en los pagos. En los trabajos semejantes, las mujeres siguen ganando menos que los varones. En este terreno, el camino sigue cuesta arriba.