Hoy es un día especial para Bernie Sanders. Si no gana la elección en Michigan, lo más probable es que renuncie a la candidatura demócrata. Sin embargo, ahí no se detendrá su carrera. Hillary Clinton ha declarado que Bernie Sanders es su aliado, y que le gustaría tenerlo a su lado en el equipo de campaña.
Bernie Sanders es un socialista. Nadie lo esperaba, pero empezó a ganar terreno en la campaña por la denominación del candidato demócrata al levantar el tema de la desigualdad social en Estados Unidos. Es un tema que no era muy popular en las campañas, pero Sanders logró colocarlo en la primera línea de los debates. Su propuesta es, básicamente, utilizar los impuestos para combatir la desigualdad social en el país más poderoso del mundo. Propuso elevar los impuestos arriba del 50% a los individuos y las empresas que tuviesen ganancias anuales por encima de los 10 millones de dólares. Y eso no les gustó ni a esos individuos ni a esas empresas, pero llamó la atención del resto de los votantes. Es decir, a la mayoría de la población.
Por otro lado, Sanders propuso la gratuidad de la educación para todos los jóvenes que asisten a los community colleges, y la cancelación de las deudas estudiantiles, que representan una carga para los que aún no llegan a la educación universitaria. Con ese planteamiento, ganó a la juventud.
Si bien su popularidad no logró repuntar entre las comunidades negras y latinas del país, su arrastre entre la juventud blanca representa un activo para la campaña de Hillary. Ella lo sabe, y por eso le hace guiños.
Pero todo dependerá de lo que hoy suceda en Michigan.