En las elecciones del próximo 5 de junio no solo se juegan cargos de elección popular. También, los grados de transparencia de los candidatos. Y en este rubro, las cosas no marchan bien. De 2 mil 485 candidatos que aceptaron la iniciativa de hacer públicas sus declaraciones de bienes patrimoniales, fiscales y de intereses -la llamada iniciativa ciudadana 3 de 3-, sólo el 4% de los candidatos han presentado la información requerida. Solo 103 aspirantes.
De los 78 aspirantes a gobernar un estado, sólo 30 han presentado sus respectivas declaraciones. Y ese es el número mayor. De los candidatos a diputados locales, de 2 mil cuatro candidatos, únicamente 33 han publicado su información. Terrible.
Si bien la iniciativa de publicar sus bienes y situaciones fiscales no garantiza que se termine la corrupción, eso significa un primer paso para que el público conozca la situación de los funcionarios antes y después de ejercer sus funciones, lo cual es un ligero avance en materia de transparencia y un pequeño dique para robar a manos llenas.
Pero si ni eso se cumple, lo más probable es que los gobernadores que faltan de declarar y la legión de diputados que se niegan a ello, entrarán a sus cargos con las manos libres para saquear el erario público.
Como de costumbre.