Eso están diciendo los miembros del Congreso de la Unión. El recorte presupuestal para el próximo año alcanzará la elevada cifra de 239 mil millones de pesos, una cantidad que ha puesto a todos los secretarios de Estado a morderse las uñas. El presupuesto anual, que permite desde pagos a la burocracia hasta el impulso de nuevos programas gubernamentales, será menor el próximo año. Casi nadie se salva de los recortes. A Pemex le quitarán la monumental cifra de 86 mil millones de pesos; a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, 19 mil millones; al campo -uno de los sectores más favorecidos en los últimos años-, lo recortarán con 14 mil millones. Inclusive las secretarías que atienden las necesidades básicas de la población sufrieron recortes: la Secretaría de Educación Pública se verá dramáticamente adelgazada con 27 mil millones de pesos; la Secretaría de Salud será afectada con 6 mil millones, y la Secretaría de Desarrollo Social con 4 mil millones.
Y la tijera no para: al ejército le recortarán casi 3 mil millones; a la Secretaría de Gobernación 7 mil millones, y a la Presidencia de la República 80 millones.
¡Ah! Pero también hay sectores que no pierden. No hace falta mucha perspicacia para adivinar. Los senadores salieron ganando con 340 millones más que lo que tienen el presente año, y los diputados salieron airosos con cerca de 600 millones más. Claro que ellos son los que tienen la última palabra en el asunto. Sin duda, saldrán ganando. Es evidente que los diputados y los senadores piensan que su labor es mucho más importante que la de los médicos y los maestros. ¡Qué viva el Congreso!