Desde el día que el Reino Unido votó en contra de seguir perteneciendo a la Unión Europea (el referéndum conocido como el Brexit), los delitos contra los migrantes se han multiplicado. La xenofobia ha sentado sus reales. El número de delitos contra los migrantes creció un 41% durante el mes que siguió a la votación del Brexit, -23 de junio del presente año- comparando la cifra con el año anterior.
Las autoridades señalan que los delitos racistas y religiosos impulsados por el obtuso nacionalismo creado por el Brexit llegaron a 5,468 durante Julio, una cifra muy elevada respecto al mismo mes del año anterior. En términos generales, el último año se registraron más de 62,500 agravios contra los migrantes, una cifra que supera en 19% al año de 2014-2015.
Uno de los casos más sonados fue el asesinato de un emigrante polaco llamado Arkadiusz Jozwik en Harlow, Essex, a manos de una pandilla de jóvenes que lo agredieron en la calle. El evento obligó a las autoridades a reforzar a la policía del barrio polaco en donde sucedió el crimen con elementos de origen polaco, con el fin de afianzar la confianza de la población en las instituciones.
Lejos de reafirmar la soberanía del Reino Unido contra la intromisión de las empresas trasnacionales de Europa y Estados Unidos, el Brexit ha sido la bandera de Inglaterra para atacar a los migrantes árabes, polacos, hindúes y africanos que llegaron para formar parte de la nación.