No es broma. Stephen Bannon, el supremacista designado por Donald Trump como su principal asesor político, es un hombre de letras. Dirige una página política de extrema derecha llamada Breitbar News Network y conoce las obras de Shakespeare. En su página difunde noticias que denuestan las políticas demócratas y liberales, y hace algunos años escribió su propio libreto sobre la obra La Tragedia de Coriolano de Shakespeare.
Coriolano era un general romano que se ganó la admiración del pueblo por su bravura al combatir a los Volscos -un pueblo guerrero contra Roma-, y que se unió a sus enemigos para combatir a su ciudad cuando las élites políticas le negaron el acceso al senado y lo desterraron de la ciudad. En la tragedia de Shakespeare, solo la madre de Coriolano lo convence de cejar en sus intensiones de arrasar la ciudad, y a la postre los propios Volscos lo asesinan por evitar la destrucción de Roma.
El libreto de Bannon -escrito a la vuelta del siglo junto con la guionista Julia Jones- pone la acción en las revueltas raciales de Los Ángeles después de la paliza que recibió el taxista Rodney King a manos de policías blancos en 1991, y las revueltas que siguieron al incidente en 1992. En este escenario, Coriolano es un hombre violento e incontenible, que presagia el surgimiento de un líder capaz de terminar con la corrupción de los políticos y el caos producido por las masas. En la versión de Bannon, la obra destila sexismo, racismo y xenofobia, esas lacras elevadas al rango de virtud por Bannon y su próximo jefe, Donald Trump.
Señales de tragedia se ciernen sobre el país más poderoso del mundo.
Y una de las primeras víctimas es el escritor isabelino.
Pobre Shakespeare.