Cuando se trata de venganzas políticas, los funcionarios no se tocan el corazón. Y si el rival se dio a la fuga, le arrojan toda la leña que pueden a la hoguera. Eso sucedió hace un par de semanas, cuando el gobernador de Veracruz Migue Ángel Yunes denunció a los exgobernadores Javier Duarte y Fidel Herrera por falsificación de medicamentos para tratar cáncer, y de aplicar pruebas falsas para detectar el VIH.
Desde entonces, la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) inició una serie de visitas a hospitales, clínicas, almacenes, centros de especialidades, laboratorios y farmacias de Veracruz, y hasta la fecha no han encontrado evidencias de medicamentos falsos aplicados a pacientes con cáncer, ni pruebas falsas aplicadas para detectar el VIH. Lo único que encontraron -una pista probable de algo muy negativo- fue una ampolleta de un medicamento llamado Avastin de 400 gramos que fue abierta, manipulada y con material extraño. La ampolleta fue enviada al laboratorio Roche -su fabricante-, que concluyó que dicho producto fue falsificado. Aunque la ampolleta no fue aplicada a ningún paciente, representa un indicio de intenciones muy malas. Las investigaciones de la COFEPRIS siguen su curso.
Lo más grave de todo esto es que, al investigar los supuestos medicamentos falsos, la investigación descubrió otras fallas. Entre ellas, más de 46 mil piezas de pruebas de VIH en un almacén de la Secretaría de Salud de Veracruz, que están caducos y que no cumplen con la normatividad de etiquetado de ninguna índole.
Además, la COFEPRIS localizó y aseguró 16.8 toneladas de medicamentos de diversos tipos que se encuentran en malas condiciones de almacenamiento. La institución señala que notificará al Ministerio Público de la Federación las irregularidades encontradas, con la posibilidad de que constituyan un delito.
Son 16.8 toneladas de medicamentos que no sirven. Seguramente, se estaban distribuyendo entre la población enferma. ¿De quién es la culpa? ¿De las autoridades pasadas? ¿De las autoridades presentes?
Hasta ahora, solo sabemos que la población es la víctima. Qué vergüenza.