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Regreso a casa

La fotografía podría ser del carnaval de Río de Janeiro, pero no lo es. Son las niñas que fueron secuestradas por el grupo terrorista Boko Haram de Nigeria en 2014, y liberadas por una negociación de intercambio de rehenes. La escena es de felicidad, pero también hubo llanto, rabia y desfallecimientos entre los familiares.

Boko Haram es un grupo terrorista, filial del Estado Islámico, que hace tres años se dio a conocer mundialmente por el secuestro de 276 niñas del pequeño pueblo de Chibok al noreste de Nigeria, y que despertó una condena internacional casi unánime. Desde su nacimiento en 2002, el grupo ha llevado a cabo una guerra que ha cobrado más de 20 mil víctimas y más de 2 millones de desplazados de sus hogares. Ha lanzado ataques suicidas contra las estaciones de policía y la sede de las Naciones Unidas. Pero nunca había realizado un secuestro masivo, y menos de centenares de niñas. Muchos pensaron, conociendo sus procedimientos, que forzarían a las niñas a casarse y tener hijos con sus militantes, obligándolas a formar parte del harem del grupo armado. Otros señalaron que las usarían como punta de lanza de los ataques terroristas, con bombas enrolladas en la cintura. Otros más, que simplemente las matarían y que sus cuerpos aparecerían pronto.

Varios gobiernos e instituciones humanitarias y de protección a la infancia levantaron sus voces para detener a los terroristas, pero poco se pudo hacer para proteger a las niñas. La única figura política que se involucró personalmente en el tema fue Michelle Obama, esposa del entonces presidente de Estados Unidos.

Las niñas liberadas este fin de semana fueron 82, un número que se agrega a las 21 que fueron liberadas el pasado mes de octubre. El gobierno de Nigeria, apoyándose en la mediación del gobierno de Suiza y la Cruz Roja Internacional, pudo intercambiar a las 82 niñas por cinco comandantes de Boko Haram que estaban en prisión.

Aún quedan 113 niñas en cautiverio. Se teme que algunas hayan muerto. Todos los padres y madres, miembros de una comunidad cristiana en ese rincón del bosque africano, rezan a diario por sus vidas.

 

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