Con una bravura poco común entre las cantantes jóvenes más famosas, Ariana Grande volvió a Manchester, el sitio en el que el pasado 22 de mayo dio un concierto interrumpido por la sangre derramada en un ataque terrorista. El nuevo concierto -llamado One Love Manchester-, fue en beneficio de las víctimas, y antes de su actuación la propia cantante acudió a los hospitales para saludarlas. No hay que olvidar que el atentado le quitó la vida a 22 personas y dejó heridas a 119.

One Love Manchester se desarrolló en un estrado montado en una cancha de criquet, donde acudieron más de 50 mil personas. «Esta noche todo se refiere al amor -dijo la cantante entre los sollozos de la audiencia-, y quiero agradecerles a todos por venir y conservar la fuerza. Los amo a todos, y este amor y esta unidad que ustedes muestran es la medicina que el mundo necesita en estos momentos.» La cantante tiene carisma, nadie lo duda.

El concierto incluyó también la participación de Katy Perry, Coldplay, Justin Bieber, Pharrell Williams, Miley Cyrus, Niall Horan, Robbie Williams, the Black Eyed Peas, Liam Gallagher y Marcus Mumford, entre otros. Paul McCartney, Steve Wonder y David Beckham enviaron videos con mensajes de amor y condolencias a las víctimas.

Parecía el cierre triunfal y optimista de un capítulo de sangre, violencia y muerte. Pero no fue así. Unas horas después del concierto, en Londres tres individuos se lanzaron a atropellar a los peatones en el Puente de Londres, y después arremetieron a cuchilladas contra la clientela de un pub en Borough Market. La muerte ganó esa partida.