¿La CIA unida al narcotráfico? Eso parece imposible. No es entendible que la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, el país que decretó la guerra al narcotráfico en los años de Richard Nixon, haya estado coludida y haya alimentado al narcotráfico de múltiples formas. Y sin embargo así ha sido. Puede decirse, en muchos episodios históricos, que detrás del narcotráfico estaba la CIA.
Lo anterior ha salido a la luz en una serie televisiva de History Channel. Es un documental. No es ficción. La serie se llama «La guerra a las drogas en América», y en ella se presentan de manera descarada las alianzas que han existido entre los capos más importantes de la droga y las más altas autoridades de Estados Unidos, a través de la CIA. Es un tema que no sorprende a muchos estudiosos de la historia, pero es la primera vez que se presenta a los ojos del público. Es un torrente de corrupción, hipocresía, asesinatos y resultados indeseables.
La serie es un amalgama de entrevistas, documentales, recreaciones dramáticas y confesiones realizadas por mucha gente. Generalmente se presentan los personajes reales, sin máscaras, diciendo sus verdades con toda crudeza. El primer episodio se inicia con la voz de Lindsay Moran, una oficial clandestina de la CIA, diciendo «la Agencia trabajaba hombro con hombro con los narcotraficantes». Gulp. Después aparece Richard Stratton, un traficante de mariguana convertido posteriormente en escritor y productor de televisión, afirmando: «la opinión pública se quedaría impactada al ver el involucramiento de la CIA en el mercado internacional de las drogas.»
En los albores de esta asociación de conveniencia para ambas partes, la CIA utilizó al narcotráfico para combatir al comunismo en los años más gélidos de la Guerra Fría. Se asoció con un capo cubano llamado Santo Traficante Jr. para asesinar a Fidel Castro. Después de varios intentos fallidos, la revolución cubana siguió su curso, y el imperio del capo creció como nunca. Otro episodio semejante ocurrió en Nicaragua, cuando la CIA armó a grupos de narcotraficantes para luchar contra el Ejército Sandinista, a cambio de inundar de cocaína el norte del Río Bravo.
Pero el fondo de la alianza no se reduce a la lucha contra el comunismo. La serie de History Channel presenta también los efectos no previstos que se obtuvieron cuando la CIA protegió a un fabricante de LSD en Suiza, e importó buenas dosis del ácido alucinógeno con el fin de controlar la mente de los adictos. En el experimento estuvieron involucrados actores y músicos, entre ellos el vocalista del famoso grupo Grateful Dead. El resultado fue un caudal de LSD hacia Estados Unidos en los años finales de los sesentas, y el surgimiento de la contracultura y la sicodelia. La propia CIA no se lo esperaba, pero fue un factor determinante en el evento.
Otros resultados indeseables fueron la inundación de opio en Laos durante la Guerra de Vietnam, ya que los narcos combatían al Viet Cong, así como el papel de la CIA en el ascenso de Hamid Karzai como presidente de Afganistán, cuyo hermano -un traficante reconocido de opio y heroína- apareció en las nóminas de la Agencia. Hoy en día Afganistán, con toda su cauda de terror y muerte, es el principal surtidor de heroína para el mundo. El segundo lugar está aquí cerca, en el estado de Guerrero.
La historia llega, nada felizmente, hasta nuestros días. Charles Grassley, ahora jefe del Comité Judicial del Senado, era un activo patrocinador de los Contras de Nicaragua. Pero… es de muy mala educación contar el final de la serie.