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Santaclós del primer mundo

Ser Santaclós no es cosa fácil. En Estados Unidos ese trabajo se ha ido especializando. En un país en el que existen aproximadamente 40 millones de niños menores de 10 años, hacen falta por lo menos 40 mil santacloses para atender la vista y los deseos de cada mil niños, y por eso se necesita un ejército de personas que puedan satisfacer la demanda de barrios y condados enteros.

Los santacloses se contratan para estar en los centros comerciales, en escaparates de tiendas de juguetes, en escuelas, guarderías y hospitales. También para los spots televisivos. El salario varía mucho entre los diferentes estados, pero por lo menos cada santaclós puede recibir 30 dólares por hora de trabajo, que equivalen a tres veces más el salario mínimo de California. Y dependiendo de la calidad de sus trajes, la firmeza de su barba y su cordialidad hacia los niños, hay santacloses que se cotizan en 75 dólares por hora.

Ed Taylor es un Santaclós de Oregon que hace 15 años se enfundó las botas negras de Santa y el traje rojo para hacerle un favor a un amigo en la fiesta de sus niños, y a partir de ese momento se enamoró del personaje y empezó a dedicarle las navidades enteras y a buscar la forma de profesionalizar el empleo. En 2009 se trasladó a Los Angeles, donde fundó una escuela para santacloses llamada El Conservatorio de Santaclós. Tiene 1800 alumnos, y lo sorprendente es que tiene una gran actividad fuera de las temporadas navideñas. La escuela les enseña clases de actuación, el arte de improvisar ante los niños y el perfeccionamiento de sus atuendos, y también funciona como bolsa de trabajo. De ahí los alumnos pueden salir en comerciales televisivos y programas de entrevistas, y garantizar el empleo cuando se aproxima el fin del año. Hay santacloses negros y blancos, ahí no hay discriminación.

«Lo más importante para ser Santaclós es vivir de acuerdo a sus valores -dice Taylor-; tener cariño hacia los niños, ser generoso en todo momento, reír, ver la vida con optimismo».

¿Y en México? Bueno, pues ser Santaclós puede ser un trabajo bien remunerado, aunque eventual. En el Liverpool de Playa del Carmen, allá frente a la playa, se solicita un Santaclos por 9 mil pesos en el mes de diciembre. Tiene que presentarse a la brevedad en la oficina de recursos humanos. Y durante su trabajo, aguantar sin chistar el calor que le da el traje.

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