Parece mentira, pero en Arabia Saudita los estadios de fútbol soccer se acaban de abrir para mujeres. Hasta hace unos días, las mujeres no podían acudir a los estadios. Y ahora, para sorpresa de todos, las mujeres aparecieron en una sección especial para ellas. Era el partido entre los equipos Al-Ahli y Al-Batin en el estadio de Jidda, y las mujeres llenaron las gradas con sus gritos. Los hombres no estaban acostumbrados a escucharlas.

Ahora ya hay tres estadios en Arabia Saudita donde pueden acudir las mujeres. Son los de las ciudades de Jidda, Riyad y Dammam. Las instalaciones sufrirán cambios: habrá secciones exclusivas para las mujeres, secciones para la familias y las tradicionales secciones para los hombres. ¡Ah! Y por supuesto habrá por primera vez baños para las mujeres.

Este cambio forma parte de las reformas que está llevando a cabo el nuevo hombre fuerte de Arabia Saudita, el príncipe Mohammed Bin Salman, un joven de 32 años que está luchando por sacar a su país del oscurantismo religioso que mantuvo durante siglos a las mujeres atadas a las funciones familiares, sin derechos humanos y bajo la tutela esclavista de los hombres.

Ahora las mujeres pueden votar en los procesos electorales, pueden caminar por donde quieran sin la autorización de sus maridos, pueden viajar al extranjero y en el interior del país, y… ¡pueden manejar automóviles!

Bin Salam pretende también liberar a la economía de su país de la dependencia del petróleo, abrirse al mundo para recibir todos los avances tecnológicos y darle nuevas oportunidades a los jóvenes. Arabia Saudita ha dejado de ser una nación de ancianos que leen el Corán para apegarse estrictamente a sus mandatos. Las dos terceras partes de la población son jóvenes menores de 30 años.

Las mujeres que se animaron a ir el estadio estuvieron, más que felices, eufóricas. Y lo demostraron.