La forma del agua, última película de Guillermo del Toro, tiene 13 nominaciones para ganar los Óscares. Es la película a vencer. Aspira a llevarse las estatuillas como Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actriz, Mejor Actor de Reparto, Mejor Actriz de Reparto, Mejor Guión, Mejor Edición, Mejor Fotografía, Mejor Vestuario, Mejor Edición de Sonido, Mejor Escenografía,, Mejor Mezcla de Sonido y Mejor Banda Sonora.
La película sigue la saga de todos los trabajos de este director jalisciense -la irrupción de personajes fantásticos en el curso de la vida real-, pero en ésta la trama cinematográfica ha alcanzado en nivel de maestría. La cinta es una perla de la pantalla. Tiene belleza, suspenso, dinamismo, tragedia, humor, sensibilidad y dureza. Y todo eso es obra del director. El manejo de los actores, el cuidado minucioso de cada escena, la colocación de la cámara, el movimiento de cada toma, el impacto de la fotografía, la irrupción de la música, la selección de las canciones, la meticulosa edición, el apego al guión incluyendo el sello que le ponen los actores, el flujo cadencioso de las imágenes y los momentos culminantes de la trama son producto de la cabeza y la dedicación del director de la obra.
Por eso no hay este año quien le pueda quitar a Guillermo del Toro el Óscar como Mejor Director de las cintas que se exhibieron en los últimos doce meses.