Por fin, después de varias décadas de brutal estancamiento, el salario mínimo se incrementó en México. Estaba en 88.36 pesos al día y se elevó a 102.68 pesos en la mayoría del país. En la frontera llegará a los 176.72 pesos diarios. Eso significa un incremento de 16.21% en todo el país y el doble de aumento en la franja fronteriza.
Tanto el presidente como los miembros de las cámaras empresariales coincidieron en que el aumento constituye el primer paso para la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores. Los presidentes de la Comparmex y el Consejo Coordinador Empresarial señalaron que todos los involucrados actuaron con responsabilidad para no disparar la inflación, con la promesa de incrementar la productividad y generar mejores condiciones de vida para los trabajadores.
La Comparmex adelantó que la meta para 2024 es alcanzar un salario mínimo de 290 pesos diarios.
Todo esto suena muy bien, pero para ubicar el problema del minúsculo salario que ha prevalecido en el país desde 1976, basta comparar los salarios de México y California en el año que termina. En México, ya se dijo, es todavía de 88.36 pesos al día. En California el salario mínimo, en promedio, es de 1,680 pesos diarios. Eso significa, en buena aritmética, que el salario mínimo de California es 19 veces mayor al de México.
No son los mismos países, por supuesto, pero somos vecinos. Los niveles de productividad, capacitación y desarrollo son muy grandes. Pero en este tema, también, tiene que llegar la globalización. No puede haber el abismo que actualmente existe entre los ingresos de los trabajadores. Si el salario mínimo de California no crece en los próximos seis años, y el de México alcanza los 290 pesos diarios que promete la Coparmex, la diferencia salarial todavía sería de cinco veces más pequeña en México.