Muchas veces se dice que los reos de los reclusorios son gente peleonera, que prefiere zanjar las diferencias con los puños. No siempre es así, pero esa leyenda ha contribuído a insertar al boxeo en el interior de las cárceles, con el fin de promover el deporte y darle a los reclusos una puerta de expresión de sus emociones.
En el estado de Jalisco, desde hace tiempo, el gobierno del estado ha promovido el boxeo en el Reclusorio de Puente Grande, y lo mismo ha sucedido con los reclusorios de los estados de Morelos y Nuevo León.
El boxeo es, como cualquier otro deporte, un medio adecuado para la reinserción social. Uno de los sentenciados que se unió al programa logró la reducción de su condena, y al salir la prisión declaró que «la primera vez que el árbitro me levantó la mano en señal de triunfo, después de una pelea, fue la primera vez que la sociedad me reconoció algún mérito».