Los encargados de impartir justicia en todo el mundo, los jueces, se encuentran muchas ocasiones en riesgo de perder la vida. Más de 300 jueces en México han solicitado protección ante las amenazas y los homicidios perpetrados por las bandas criminales. El sistema de justicia ha sido una telaraña muy densa para proteger asesinos. En México se resuelven, en lo general, solo el cinco por ciento de los homicidios. De los 154.557 asesinatos cometidos en el país hace 5 años, el 94,8 por ciento permanecen impunes. El promedio son cinco condenas por cada cien víctimas, algo muy por debajo de las estadísticas de otros lugares del mundo. En Europa  se dictan 80 sentencias por cada cien homicidios.

Estados Unidos no es la excepción ante la vulnerabilidad de los jueces. En días recientes, apareció un artículo en The New York Times sobre el ataque al domicilio de una juez de Nueva Jersey, donde falleció su hijo y su esposo resultó herido. Todo porque un abogado estaba molesto ya que el ritmo de una demanda que presentó no se había movido al ritmo que quería. Ante la tardanza del caso, decidió hacerse justicia por mano propia.

Eso demuestra que los jueces deben contar con protección del Estado, y que la violencia debe detenerse a todos los niveles.