En la refriega que movilizó Donald Trump para alegar la mentira de que él había ganado las elecciones fallecieron 5 personas. La primera de ellas fue una mujer que era seguidora de una secta llamada QAnon, que sostiene que el mundo es gobernado por un grupo selecto de pedófilos que adoran a Satanás y que estaban conspirando contra Trump desde hace tiempo.
Esta propaganda en internet, que incluye todo tipo de calumnias, mentiras y sandeces, sostiene que QAnon incluye a destacados demócratas, como Hillary Clinton y Barack Obama, al filántropo húngaro George Soros y a estrellas de Hollywood como Tom Hanks y Oprah Winfrey. También en su lista aparecen líderes religiosos del más alto rango, como el Papa Francisco y el Dalai Lama.
Para incrementar el sensacionalismo y el odio hacia sus enemigos, esta propaganda dice que los seguidores de este grupo abusan de niños y los matan, con el fin de extraer de su sangre un componente químico que alarga la vida.
Lo que sucedió en Washington el pasado 6 de enero fue producto de una mezcla de fanatismo, embustes, deseos de venganza y la visión distorsionada de millones de personas encabezadas por un hombre sin cordura que llegó a la presidencia del país más poderoso del mundo: Donald Trump.