Hoy es día de fiesta en Estados Unidos. El cambio de poder del presidente, desde hace años, es una celebración que se festeja en la Casa Blanca, en todo Washington y en todo el país. Es una fiesta de la democracia, en una nación que se ostenta como el ejemplo de democracia en América y en el mundo.
Sin embargo, en esta ocasión, la celebración estará empañada por los enredos políticos provocados por Donald Trump y por la pandemia del coronavirus.
El presidente saliente de la Casa Blanca ya ha declarado que no asistirá a la toma de posesión de Joe Biden, el presidente entrante. Ante sus seguidores, sobre todo, pero también ante cualquier persona, Trump no quiere aparecer como alguien que acepta los resultados electorales. Sigue sin aceptar su derrota, pero como esa actitud desató un oleaje de violencia sobre Washington -y en particular en El Capitolio- el pasado 6 de enero, ha decidido salir pacíficamente, sin incitaciones a la violencia.
De cualquier manera, Trump pasará a la historia como un mandatario autoritario, pendenciero, narcisista, infantil y tiránico.