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Aliento de héroe

Mamoudou Gassama nos ha demostrado que para ser héroe no se estudia. Tampoco hace falta tener una excelente preparación física. O tener principios inquebrantables. Es sencillamente una mezcla de arrojo con imaginación. Y esto fue lo que hizo: al ir caminando distraídamente por las calles del norte de París, se percató de que un niño muy pequeño había salido fuera de un balcón en un edificio, y que su vida peligraba. Sin pensarlo, Mamodou se lanzó sobre la fachada del edificio, saltó hacia el barandal del primer piso y con una agilidad inusitada escaló los cuatro pisos que lo separaban del niño, se metió en el balcón y desde allí lo levantó con sus dos manos y le salvó la vida.

Abajo, en la calle, una multitud se había congregado y lo animaba con sus gritos. Cuando el niño fue salvado, todos los espectadores estallaron en un aplauso de júbilo. Muchos esperaron a que Mamodou bajara del edificio por las escaleras, como cualquier inquilino, para abrazarlo. Lo bautizaron como «El hombre araña de París». Horas después, el presidente Emmanuel Macron lo recibió en el Palacio del Eliseo, lo felicitó personalmente, le dio un diploma por su bravura y le otorgó la ciudadanía francesa. Más aún, le ofreció un empleo en el cuerpo de bomberos de París.

Sin quererlo, de tal forma Mamodou Gassama cumplió su sueño. Es un emigrante de Mali que cruzó el Mediterráneo arriesgando su vida, navegando en una balsa desde Libia hasta las costas de Italia. Tenía poco menos de un año en París, deambulando como indocumentado para encontrar trabajo. Vivía al día al igual que los miles de migrantes que llegan a Francia para engrosar un ejército de indocumentados, que son más de 2.5 millones de personas En su gran mayoría, de países africanos.

Al frente del gobierno, el propio Macron no ha sido muy benévolo con los refugiados. El año pasado, Francia recibió más de 100,000 solicitudes de asilo, y solamente aceptó a 13,000. Pero ahora, con la actitud de rescate que ofreció Mamodou, tal vez haya una mayor aceptación. Porque no es la primera vez que un indocumentado de Mali arriesga su vida por los franceses. En 2015, otro joven del mismo país, llamado Lassana Bathly, salvó la vida de 6 rehenes durante un ataque terrorista a un supermercado de París. En esa ocasión, el entonces presidente Fracoise Hollande lo condecoró con una medalla al mérito y le dio un pasaporte francés.

¿Por qué la gente de Mali tiene esa inclinación al heroísmo? Dijo el embajador de Mali en Francia que su pueblo sigue siendo educado en los valores tradicionales, que son el amor y el humanismo. Algo que en las sociedades desarrolladas se ha olvidado. «Yo solo quise salvar al niño», dijo el héroe.

 

 

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