Como es sabido, Bono no es solamente el cantante del célebre grupo U2. Sus actividades humanitarias se han extendido por todo el planeta, incluyendo México. En nuestro país estuvo promoviendo El Circo Volador, un programa de recuperación de los jóvenes que han caído en manos de la drogadicción y la delincuencia.

Hoy Bono publica en el New York Times sus propuestas para enfrentar de una manera global el preocupante tema de los refugiados de guerra. Dice que la mayoría de la gente piensa que los refugiados se encuentran en albergues, pero que eso no es así. La mayoría de ellos están dispersos o congregados en ciudades, abandonados a su suerte. Y sostiene que su situación no es temporal.

Bono propone tres áreas para atender a los refugiados: en primer lugar, incrementar la ayuda humanitaria donde más se necesita, como en los países africanos; en segundo lugar, los países que los acogen tienen que verlos como un beneficio, y no como una simple carga. Los refugiados son artesanos, obreros o músicos que pueden trabajar en sus nuevos países, y necesitan incentivos laborales; y en tercer lugar, las Naciones Unidas tienen que actuar con decisión en los países en guerra, para impedir que la anarquía termine de desbaratarlos.

Ninguna de sus propuestas es sencillas, pero apuntan a soluciones factibles que deberían ser tomadas en cuenta, sobre todo, por los organismos internacionales.