En México, los incendios forestales son una plaga que amenaza año tras año a la biodiversidad del país. Antes de la temporada de lluvias, los bosques y selvas de la nación sucumben ante olas de fuego que devoran las áreas verdes causando, en muchas ocasiones, daños irreparables. Parece mentira, pero en México los principales causantes de los incendios forestales son los campesinos, que con el viejo sistema de roza-tumba-quema le prenden fuego a los maizales después de cada cosecha, con el fin de mezclar las cenizas con la tierra y preparar el terreno para la siguiente siembra. Y esto lo hacen sin establecer las brechas corta-fuego, que son canales abiertos en los sembradíos para cercarlos e impedir que el fuego se extienda hacia otros terrenos. Luego llega el viento y se lleva el fuego a bosques y selvas. Toda una tragedia ambiental.
En Estados Unidos las causas de los incendios son muy diferentes. Son básicamente chispas que salen de los cables de corriente eléctrica, y que al no ser controladas inician incendios que se esparcen a gran velocidad y ponen en peligro no solo las zonas boscosas, sino también viviendas, transportes, y vías de comunicación. Este año por ejemplo, en el condado de Sonoma en California, el fuego dejó un paisaje sombrío: casas arrasadas por las llamas, vehículos calcinados, rescoldos a lo largo de las carreteras. Y el panorama es el mismo a lo largo del estado. Según el gobernador, 43 condados han sido víctimas de los incendios forestales, que se inician en el campo pero que vuelan con el viento hacia las zonas urbanas y ponen en peligro la vida de los habitantes.
Las evacuaciones han sido constantes, y por ello las pérdidas humanas se han reducido notablemente si se comparan con años anteriores. No han habido muertos. Han habido constantes apagones de luz, y muchas escuelas han cerrado sus puertas. El fuego ha barrido áreas enteras. Algunos incendios llevan ya nombres. El incendio llamado Kincade al norte del estado, el más largo hasta la fecha, acabó con 77,000 acres (más de 30,000 hectáreas), y duró más de 10 días en ser controlado. La empresa PG&E aceptó que una de sus torres de trasmisión pudo haber sido la causante del incendio. Sus usuarios la demandaron por ser la culpable de varios incendios forestales el año pasado, y ahora la empresa se ha declarado en quiebra.
Las autoridades utilizan drones y helicópteros para controlar los incendios, pero hasta ahora han fallado en materia de prevención.
La batalla continúa.