En Uruguay Tavaré Vázquez a la presidencia, pero por primera vez lo importante no es quien entra, sino quien sale.
Y el que sale es José Mujica, el hombre sencillo y honesto a quien se ha llamado «el presidente más pobre del mundo». Al igual que Nelson Mandela, José Mujica salió de un largo confinamiento -estuvo 13 años en la cárcel- para convertirse en presidente de su país. Su periodo fue de 2010 a 2015, y en esos años Uruguay nacionalizó la mariguana, reactivó la economía y escapó de las crisis económicas y los escándalos de corrupción que padecen sus grandes vecinos, Argentina y Brasil.
José Mujica fue conocido por su humildad, y se convirtió en un presidente anhelado por muchos países. En un continente lastado por la desigualdad social, Mujica eligió seguir viviendo en su pequeña granja de campo, donanado el 90% de su salario a las causas sociales. Hasta la fecha, sigue manejando su Volkswagen 1987. Dice que no necesita más.
Aunque el nuevo gobierno también es de izquierda -el actual Vicepresidente es hijo del fundador del grupo guerrillero de Los Tupamaros-, la forma de vida de José Mujica ha dejado el listón muy elevado para el presidente Tavaré Vázquez. Después de Mujica, en Uruguay ya no puede gobernar un presidente ostentoso y soberbio. Menos, uno que sea corrupto.