Hay ciegos que ven más cosas que las personas con vista normal. Se llenan de vida, hacen actividades que no realizan las personas que observan el mundo de manera cotidiana, tienen una felicidad que desborda sus incapacidades.

Entre ellos, está la corredora invidente Palmira Martínez (en la fotografía), que se prepara para correr el noveno maratón de su vida. Ella describe el aire que recibe mientras corre como la libertad plena, y la meta le sabe a gloria. Correrá su noveno maratón en la Ciudad de México el próximo 28 de agosto, y no ha perdido la capacidad de sorprenderse en el trayecto de 42 kilómetros. Siempre va acompañada por un guía, que le describe cada detalle.

«El aire es una sensación maravillosa porque me está diciendo que estoy haciendo lo que me gusta; el aire representa la libertad y puedo sentir esa libertad como algo que me impulsa a disfrutar mi pasión, que es correr. Y cuando corro y me siento libre se me olvida que no veo, no hay nada que me pueda impedir hacer lo que me gusta, ni siquiera mi propia discapacidad», dijo Palmira en una entrevista.

La corredora comenzó en esta disciplina desde hace 12 años y se unió al equipo de Halcones corredores ciegos, que nació en junio de 2014, con el fin de incluir en el deporte a las personas con discapacidad visual.

Palmira nació con una malformación del nervio óptico; puede notar los cambios de luz, sin embargo, no puede distinguir formas ni colores.

«La meta me sabe a gloria, no puedo evitar emocionarme, estoy en ese lugar donde puedo decir ‘terminé un objetivo’, es una forma de reconocerme, una discapacidad no tiene que ser una barrera».

Palmira es un ejemplo para lo que ven el mundo sin emoción.