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Cien años de soledad

La Revolución Rusa cumple 100 años. El movimiento que culminó con el primer Estado socialista del mundo, capitaneado por la clase obrera y el Partido Comunista de Lenin, se inició de con la revolución de febrero de 1917 dirigida por Alexander Kerensky en Petrogrado, y terminó con la revolución bolchevique de octubre de 1917.

Bajo el liderazgo de Lenin, primero, y de Stalin después, la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas nacionalizó todas las empresas, impuso las granjas colectivas llamadas koljoz en el campo, sometió a todos los países de Europa del Este a su dominio, fomentó la igualdad de la mujer con el hombre, impulsó la educación y la cultura ligada al proletariado, creó una casta privilegiada en el Kremlin, derrotó al nazismo, conquistó el espacio, se armó hasta los dientes con bombas atómicas, construyó el Muro de Berlín, ganó la guerra de Vietnam contra Estados Unidos y perdió la guerra fría contra ese mismo país. Bajo el peso de sus propios dogmas y el lastre de sus insuficiencias, la URSS terminó por desmoronarse el 25 de diciembre de 1991.

Quedó Rusia, que sigue siendo el país más extenso del mundo, y la potencia económica número 12 a nivel internacional.

Pero sus enormes recursos naturales –de manera sobresaliente petróleo y gas-, no le han alcanzado para salir del subdesarrollo. Aunque el salario promedio de sus trabajadores ha mejorado hasta alcanzar cerca de 12 mil pesos mexicanos al mes, el número de sus millonarios ha crecido a más de 75 personas, y el 1% de la población detenta el 75% de la riqueza nacional. Junto a ellos, hay más de 20 millones de personas bajo el umbral de la pobreza. Eso hace de Rusia el país más desigual del mundo.

Por cierto, la revolución de 1917 tenía entre sus principales banderas el acabar con la desigualdad social.

¿Quién se acuerda en Rusia de la Revolución Rusa? Muy pocos, sobre todo los viejos revolucionarios que miran al país con sus ojos cansados. Para los jóvenes, el pasado no es un espejo en el que valga la pena mirarse. Y para Vladimir Putin, el nuevo zar con ínfulas de dominar al mundo, la Revolución Rusa fue una época caótica que afortunadamente fue superada por sus medidas draconianas. Él, como Porfirio Díaz, aspira a un país donde reinen el orden y el progreso.

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