La Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación de Guerrero es uno de los muchos grupos que utilizan la bandera de Ayotzinapa para bloquear carreteras, destruir instalaciones, impedir el libre tránsito de turistas y periodistas, cerrar escuelas, pedir dinero para su causa y amedrentar a la población con brigadas de rostros cubiertos.
La CETEG ya se había hecho famosa por su rotunda negativa a la aplicación de examenes para maestros y su boicot a la reforma educativa. Sus niveles académicos pueden rastrearse en las faltas de ortografía de sus escritos y su lenguaje incendiario.
Pero eso no es todo. Ahora la CETEG se ha propuesto impedir las elecciones en Guerrero, y para ello está desplegando una campaña de violencia en contra del Insittuto Nacional Electoral. Por lo pronto, ya destruyeron sus instalaciones en Chilpancingo, y han impedido la capacitación electoral de los ciudadanos.
El fenómeno no es nuevo. A lo largo de la historia han surgido estos grupos que buscan acabar con la democracia. Así surgió el fascismo en Italia y el Nazismo en Alemania. En México, se trata de un movimiento de supuestos maestros.