El posible juicio político contra Donald Trump lo tiene contra las cuerdas. Por lo menos, en lo que se refiere a la Cámara de Diputados del Capitolio. Los demócratas más aguerridos -con el representante Jerrold Nadler de Nueva York a la cabeza- han puesto sobre la mesa del Impeachment dos acusaciones contra el presidente. Una por abuso de poder, y otra por obstruir las labores del Congreso.
En un pequeño legajo de 9 páginas, los demócratas acusan a Trump de solicitar de manera corrupta una investigación a un gobierno extranjero -en este caso el de Ukrania- para ensuciar la imagen de sus rivales políticos -en este caso Joe Biden y su hijo. Y para ello, Trump amenaza al gobierno de Ukrania con retirar la entrega de 391 millones de dólares de asistencia acordada previamente.
Todo eso, dicen los demócratas, constituye una verdadera traición a la patria. Es una acusación muy grave.
Sin embargo, Trump parece estar tranquilo. Todo indica que a principios del próximo año el caso pasará al Senado, donde prevalece la mayoría republicana. Y… ¿hay algún senador republicano que esté dispuesto a votar en contra de su presidente? Nadie en la Casa Blanca está seguro de ello. Sin embargo, los demócratas se frotan las manos con esa posibilidad.
De cualquier manera, la imagen de Donald Trump quedará muy abollada de cara al proceso electoral donde buscará la reelección. Todo está por verse.