Ahora que la lucha contra la corrupción ha tomado un vuelo inusitado en México, vale la pena poner en la mesa de discusiones una medida que podía coadyuvar a sanear la vida económica y política del país y reducir notablemente la corrupción. Se trata de hacer todas las contrataciones del gobierno en línea; es decir, ponerlas en Internet a la vista de todo el mundo. Con ello, se acabaría la secrecía de los contratos firmados debajo de la mesa, los precios inflados para beneficiar a alguien, el reparto ilegal de utilidades y la opacidad de las transacciones.
Si una empresa, sea pública o privada, pone sus contratos en línea, todos los actores involucrados en los contratos tendrían la certidumbre de que sus operaciones son limpias, sin desvío de recursos de ninguna índole y a la vista de todos.
Los contratos en línea son ladrillos para construir el edificio de la transparencia.