El anuncio del reestablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba sorprendió al mundo entero. Es, tal vez, la mejor noticia para el mundo en 2014, un año zarandeado por las malas nuevas. El presidente Barack Obama se apuntó un acierto de grueso calibre, que termina con un embargo y un aislamiento injusto para la isla.
Aunque mucho se ha hablado de la dictadura de Fidel, la cerrazón de la Casa Blanca durante más de medio siglo, los ataques recíprocos y el secuestro de una población que no merece el actual estado de miseria, habría que ver las imágenes de la Cuba actual para hacer un diagnóstico. Parece increíble, pero en la isla el tiempo se detuvo en 1961, cuando empezó el distanciamiento de Estados Unidos. Las construcciones y los edificios son de esa época. Los pocos automóviles también. El uso de las modernas tecnologías fue condenado, y la población vivió durante décadas con el atraso extrangulándole la garganta.
¿Cuánto tiempo le llevará a Cuba ponerse al día? Vale la pena hacer apuestas. El pueblo siempre ha estado en la delantera de muchas cosas, y al reanudarse las relaciones con Estados Unidos va a empezar a cabalgar con un brío y un entusiasmo que dista mucho de la abulia que vive el resto de América Latina. Pronto, muy pronto, veremos aquí junto, en el Caribe, un nuevo país desarrollado. No es un sueño.