Para muchos migrantes centroamericanos que logran cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, el viaje parece una novela. No saben aún si es una novela negra, una novela de aventuras fallidas o una novela de terror. Esa es la historia de 149 migrantes que llegaron el pasado 18 de marzo a un puente de Ciudad Juárez, escoltados por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, sin saber que iban camino hacia México.
Una familia, de Copán, Honduras -en la fotografía-, había intentado cruzar días antes para reunirse con el esposo de la madre en Nashville, Tennessee. Es una familia separada desde que él se marchó hace dos años para trabajar en Estados Unidos. En este nuevo capítulo de la novela, los contrabandistas les cobraron 12.000 dólares para cruzar -el equivalente de tres años de salario en Honduras-.y ahora esos ahorros ya no eran nada. Madre e hijos se sentaron en el puente, acurrucados, para llorar.
Lo único que sabemos es que, para esos migrantes, los derechos humanos no existen.