Los indocumentados no pueden sonar las alarmas. Eso lo aprendió de fea manera Delmer Joel Ramírez, un trabajador hondureño quien a principios de octubre del presente año observó un video que tomó uno de sus compañeros de la construcción del Hotel Hard Rock en el barrio latino de Nueva Orleáns, donde se observaba claramente que los pisos superiores se venían abajo por fallas en su construcción.
Unos días después de la toma del video el edificio se colapsó, matando a tres trabajadores y dañando a 20 personas, Delmer incluido. A pesar de sus lesiones, el trabajador demandó a la empresa junto con algunos compañeros por los daños sufridos, y la respuesta fue la intervención de las autoridades aduaneras para deportarlo a su país de origen.
Ahora Delmer, desde Honduras, ve con claridad lo que representa el sueño americano en Estados Unidos: un anzuelo puesto por las empresas para atraer trabajadores vulnerables por la falta de documentos, que acepten trabajar con bajos sueldos y en condiciones miserables, y que sean regresados a sus países de origen si dan problemas, como si fueran desechos vivientes.
(Con información de The New York Times)