Los empresarios -y no solo ellos- coinciden en que las autoridades deben coordinarse mucho más para detener la ola de violencia que azota al país. En muchas regiones, parece que la delincuencia no tiene quién los detenga.

El presidente de la Confede­ración Patronal de la Repúbli­ca Mexicana, José Medina Mora, reprobó los he­chos de violencia que se sus­citaron en diferentes regiones del país la semana pasada, y urgió a las autoridades a que regresen el estado de paz. «Nos parece que son he­chos de violencia reproba­bles, que no queremos que sucedan en el país, por lo mis­mo la petición que hacemos a las autoridades, es que haya una coordinación de las au­toridades federales estatales y municipales para regresar ese México en paz que todos que­remos”, expresó.

Durante conferencia de prensa, el líder patronal re­cordó que, de acuerdo con la última encuesta de DataCo­parmex, una de cada dos em­presas socias de Coparmex ha sido víctima de un delito en los últimos 12 meses, sien­do principalmente el robo, el acto más recurrente.

Detener la violencia no es tarea fácil. Pero puede realizarse. Hay muchas cosas que pueden hacerse, y que no se han hecho. Una de ellas es detener el flujo de armas que llegan a México desde Estados Unidos, una nación en la que la portación de armas no solo es legal, sino que se considera una de los derechos inalienables de los ciudadanos.

Los estadounidenses compran armas a precios relativamente accesibles. Luego las venden a los cárteles mexicanos para sacar una ganancia. Y todo termina en matanzas.

Si el gobierno mexicano se propusiera detener ese flujo de armas -con la ayuda del gobierno de Estados Unidos-, muchas vidas se salvarían.